Varios autores sostienen, sin contar con pruebas de respaldo, que los EE. UU. enviaron la Operación Highjump a la Antártida en 1946-1947 para erradicar la base alemana secreta de la Tierra de la Reina Maud (por ejemplo, Szabo 1947: 200, 201; Mattern y Friedrich 1975: 96; Buechner y Bernhart 1989; Stevens 1997, 2003). Por ejemplo, Buechner y Bernhart (1989: 229, 231) sugieren que el interrogatorio de las tripulaciones del U-530 y del U-977 en 1945 habían revelado que los alemanes habían construido enormes complejos subterráneos en la Antártida para la fabricación de aeronaves y otras armas de avanzada. Entonces los EE. UU. habían organizado Highjump para ubicar y destruir esta operación secreta. Mattern y Friedrich (1975: 96) afirman que el Almirante Byrd dijo que el objetivo de Highjump era “aplastar la última resistencia desesperada de Adolf Hitler en caso de que lo encontráramos en su Neuberchtesgaden dentro de la Schwabenland en la región de la Tierra de la Reina Maud, o destruirlo”. No se cita la fuente de este textual. Remitiéndose a Stevens (1997: 52), Farrell (2005) nos dice: “Equipada para una estadía de ocho meses, la expedición rodeó el territorio de Neuschwabenland reclamado por Alemania; el Almirante Byrd apostó las naves de la armada frente a la costa, y luego avanzaron las tropas terrestres y el reconocimiento aéreo desde el polo hacia el territorio alemán. Supuestamente, la ‘base’ alemana se encontró rápidamente, se sobrevoló, y ya sea una bandera estadounidense, o una bomba, dependiendo de la versión del relato, se arrojó sobre la posición”.
Parte de la Fuerza de Tareas 68 en Balboa, Panama, Diciembre de 1946
El problema de todos estos relatos es que relacionan los interrogatorios de los submarinos alemanes que tuvieron lugar entre mediados y fines de 1945 al aparente interés repentino de los Estados Unidos por la Antártida a mediados de 1946, sin considerar otras posibles razones para dicho interés estadounidense, ni los intereses antárticos de larga data del famoso explorador polar estadounidense, el Contraalmirante Richard Byrd.
La Operación Highjump fue la más importante expedición a la Antártida que se haya realizado; estuvo integrada por algo más de 4700 hombres, con 33 aeronaves, en 13 barcos incluyendo el rompehielos guardacostas Northwind, un portaaviones (USS Philippine Sea) y un submarino (USS Sennet) (Byrd 1947; US Navy 1947; Sullivan 1957; Bertrand 1967, 1971; Rose 1980; Mills 2003). Autorizada el 26 de agosto de 1946 por el Almirante Chester Nimitz, fue una operación de la Armada de los Estados Unidos que se llevó a cabo en el verano meridional de 1946 – 1947 bajo el comando del Contraalmirante Richard H. Cruzen, con el Contraalmirante (R) Byrd como el Oficial Responsable del Proyecto (Armada de los Estados Unidos 1947). Los objetivos de Highjump (Armada de los Estados Unidos 1947) eran:
(a) entrenar personal y probar equipos en condiciones de frío;
(b) consolidar y extender la soberanía de los Estados Unidos sobre el área viable más grande del continente antártico (Esto se negó públicamente como un objetivo aun antes de que finalizara la expedición);
(c) determinar la factibilidad de establecer, mantener y utilizar bases en la Antártida e investigar posibles emplazamientos para bases;
(d) desarrollar técnicas para instalar, mantener y utilizar bases aéreas sobre hielo, prestando particular atención a la posterior aplicabilidad de dichas técnicas para operaciones en el interior de Groenlandia, en donde las condiciones son comparables a las de la Antártida;
(e) ampliar el conocimiento existente sobre las condiciones hidrográficas, geográficas, geológicas, meteorológicas y de propagación electromagnética en el área;
(f) complementar los objetivos de la expedición Nanook. (La operación Nanook fue una menor equivalente conducida frente a Groenlandia oriental.)
Highjump fue principalmente una operación militar, y no una expedición científica. Fue una de una serie de operaciones militares diseñadas para entrenar a la armada en operaciones polares. Los planificadores militares estadounidenses consideraban que el entrenamiento polar era un imperativo estratégico porque veían a la Unión Soviética como una amenaza, y creían que era probable una guerra ártica. El objetivo estratégico general se confirma en los libros de Sullivan (1957) y Rose (1980) y en artículos de Bertrand (1967, 1971). Rose (1980: 34) afirma que desde el punto de vista de los EE. UU. en 1946: “la maduración de la guerra fría con el antiguo aliado soviético era evidente”; “la hostilidad soviética parecía dominar todos los sucesos, definir todos los acontecimientos”. No es casualidad que el 12 de marzo de 1947, mientras la fuerza de tareas de Highjump todavía estaba en el mar, el presidente Truman haya proclamado lo que se conoció como la Doctrina Truman, para ayudar a impedir la expansión del comunismo. Evidentemente, la Operación Highjump fue un ejercicio temprano de la Guerra Fría que se avecinaba, diseñado para potenciar la capacidad de la armada para combatir en el polo. Le siguió a la Operación Frostbite en el Estrecho de Davis en el otoño e invierno boreales de 1945 – 46 (Rose 1980) y a la Operación Nanook en el período de julio a septiembre de 1946 (Sullivan 1957; Rose 1980). Frostbite y Nanook fueron ejercicios relativamente menores. Cuando se decidió que era necesario realizar ejercicios de entrenamiento naval polar de envergadura, se eligió hacerlo en la Antártida, donde las condiciones serían similares a las de Groenlandia y otras partes del Ártico, con el fin de evitar un incidente diplomático por sostener un ejercicio naval de envergadura en áreas relativamente cercanas a la URSS. A Highjump le siguió otro ejercicio antártico, Operación Molino de Viento (Operation Windmill), integrada por dos barcos, en el verano meridional de 1947 - 1948 (Armada de los Estados Unidos, 1948).
Fig. 8. El USS Sennet entre los hielos durante la Operación Highjump. (Foto disponible en http://www.south-pole.com/sennet.htm).
Los objetivos militares estratégicos de Highjump tuvieron una amplia difusión en aquel momento. En un artículo reproducido en periódicos destacados (New York Times 9 de febrero de 1947; Montreal Daily Star 8 de febrero de 1947), Cruzen apuntó que Highjump demostraba que la Armada era capaz de suministrar “provisiones trasportadas por mar” a tropas que operaran “bajo las más rigurosas condiciones polares” desde “bases árticas remotas”. Y agregó: “Si la defensa de los Estados Unidos dependiera de los polos –como bien podría suceder en el futuro– una fuerza aérea y marítima capacitada y experimentada representa una formidable combinación defensiva. Aquí se sentaron las bases de dicha unidad de envergadura para cualquiera de los Polos” (New York Times 2 de marzo de 1947).
Highjump no era una operación secreta como Tabarín. Viajaron 11 periodistas a bordo de los barcos de Highjump. Entre ellos, se destacaban el corresponsal de guerra estadounidense Lee Van Atta (quien no era, como aseguraron Goodrick-Clarke (2002), chileno) y el periodista científico del New York Times, Walter Sullivan. Entre el 2 de diciembre de 1946 y el 22 de marzo de 1947, los 11 periodistas transmitieron 2011 mensajes que sumaron un total de 478 338 palabras a Radio Washington, para que las retransmitieran a sus empleadores (Armada de los Estados Unidos, 1947). Algunos integrantes de la expedición escribieron libros sobre sus experiencias (Byrd 1947; Sullivan 1957). Dada la tremenda magnitud de la cobertura periodística, fue desorientador que Choron (fecha desconocida) afirmara: “se divulgó muy poca información adicional a los medios acerca de la misión, aunque la mayoría de los periodistas sospechaban de su verdadero propósito dada la enorme cantidad de armamento involucrado”.
El informe oficial de la operación (Armada de los Estados Unidos 1947) se publicó en tres volúmenes que comprenden la narrativa y 24 anexos extensos sobre cuestiones operativas tales como Aviación, Operaciones de Buques, Comunicaciones, Navegación, Manejo de Carga, Raciones y Personal. En su mayor parte, se ocupa de las minucias de las operaciones cotidianas en el hielo. Quizás porque inicialmente fue clasificada Confidencial (y lo fue), y por lo tanto no estuvo disponible para el público general, algunos escritores pensaron que el gobierno de los Estados Unidos tenía algo que ocultar. El informe nunca se clasificó como Secreto ni Ultra Secreto.
Comparando el informe de la Armada con el trabajo de Byrd de 1947 publicado en National Geographic Magazine (Byrd 1947), resulta claro que el informe no contiene nada sustancial que no se haya publicado en esa revista, o más tarde por Bertrand (1967, 1971). No surgen pruebas de supresión de información al comparar el artículo de Byrd, los informes de los servicios de los EE. UU., los muchos informes de periodistas y los libros y artículos de Sullivan, Rose y Bertrand mencionados anteriormente. Llegamos a la conclusión de que no existen pruebas de ningún ocultamiento. En ninguna parte de estos artículos se considera en absoluto una posible amenaza de ningún tipo que emanara de los supuestos vestigos del Tercer Reich. La única amenaza mencionada era la soviética.
Si la supuesta base alemana había sido el objetivo de la Operación Highjump, se debería haber enfocado en la Tierra de la Reina Maud, pero en cambio se centraba en la base Little America de Byrd en la Plataforma del Mar de Ross del otro lado del continente. Desde allí, su aeronave exploró la región entre el Mar de Ross y el Polo Sur, y las fuerzas de tareas navales equipadas con aeronaves anfibias desplegadas para explorar las costas hacia el este, a través del sector del Océano Pacífico, y hacia el oeste, a través del sector del Océano Índico (Armada de los Estados Unidos 1947; Byrd 1947; Bertrand 1967, 1971; Rose 1980). Se esperaba que tanto las fuerzas de tareas del este como del oeste arribaran a la Tierra de la Reina Maud antes de regresar a casa. No se esperaba que ninguna de ellas aterrizara en el continente. Sabiendo que los barcos de Highjump se dirigieron primero al Mar de Ross, es asombroso que Buechner y Bernhart (1989: 230) afirmen (refiriéndose a la operación) que “Este formidable grupo fondeó cerca del territorio de ‘Neuschwabenland’ reclamado por los alemanes… y luego se dividió en tres fuerzas de tareas separadas”.
Un mapa publicado por Byrd (1947), Sullivan, (1957: 199) y Bertrand (1967: 8) muestra el recorrido de las aeronaves, y el informe de la Armada de los EE. UU. (1947) muestra los itinerarios de los barcos y las fechas. Resulta claro que la Armada de los EE. UU. no sobrevoló prácticamente ninguna parte del territorio del que los alemanes habían confeccionado mapas en 1938 – 1939. Debido a que los barcos de las fuerzas de tareas orientales y occidentales tenían poco tiempo (por las razones que se exponen más adelante), sólo pudieron llevar a cabo un reconocimiento somero de la Tierra de la Reina Maud, que se encontraba en el extremo más lejano de su alcance. Los barcos del grupo del oeste se acercaron a la Tierra de la Reina Maud desde el este. El 22 de febrero de 1947, con tiempo perfecto, una de sus aeronaves sobrevoló el extremo oriental de la Tierra de la Reina Maud. “Se confeccionaron mapas de la costa de los 34 a los 15° E” y “se descubrió una cadena montañosa de 3900 metros, que poseía acumulado detrás, y glaciares dispersos que se internaban en el mar a través de sus pasos.” (US Navy 1947). Eran las mismas montañas que habían descubierto los noruegos en 1937 (Christensen 1939). En su extremo occidental, este vuelo sólo alcanzó el borde este más lejano del Macizo de Wohlthat, descubierto por los alemanes (ver Fig. 1). Los barcos del grupo oriental se acercaron a la costa oeste de la Tierra de la Reina Maud desde el oeste. El 1 de marzo de 1947, sus aeronaves se acercaron a la costa entre el meridiano de Greenwich (0°) y los 5° E (Byrd 1947), pero “el tiempo estaba extremadamente malo sobre el continente, nublado desde la superficie hasta los 4570 metros, lo que impedía la exploración terrestre” (US Navy 1947). Dada la falta de oportunidades de realizar reconocimientos y la presión del tiempo, los barcos del grupo oriental zarparon de regreso a casa el 3 de marzo sin sobrevolar la Tierra de la Reina Maud (US Navy 1947).
Sobre la base de la suposición equivocada de que la Operación Highjump planeaba trabajar en la Antártida seis meses, Mattern y Friedrich (1975), Buechner y Bernhart (1989), Stevens (2003), Farrell (2003) y Robert (2005c) consideraron que la expedición se había cancelado “prematuramente”, y que los estadounidenses estaban ocultando las razones. Pero nunca hubo un plan para pasar 6 meses en la Antártida. Debido a los trabajos necesarios para preparar los barcos para el mar en el breve tiempo disponible después de la Operación Nanook, los barcos no partieron de los EE. UU. hasta el 2 de diciembre de 1946 (US Navy 1947, Byrd 1947), cuando el verano meridional ya estaba bastante avanzado. Uno de sus dos rompehielos, el USS Burton Island, no estaba alistado y se sumó mucho más tarde. Al acercarse a la Antártida, sufrieron una demora inesperada al encontrarse con un cinturón de hielo flotante de 1000 km de ancho (Sullivan 1957). Al no contar con el Burton Island, había sólo un rompehielos disponible, el Northwind, y el avance fue mucho más lento de lo planeado. Aunque el grupo oriental estaba en posición y comenzó volar aeronaves sobre el continente a fines de diciembre de 1946, el grupo central no logró alcanzar la Plataforma de Hielo del Mar de Ross para descargar provisiones y equipo hasta el 15 de enero de 1947. No permanecieron mucho tiempo. Como el invierno se estaba adelantando, tuvieron que retirarse antes de lo que habían calculado, el 23 de febrero de 1947, con el fin de evitar sufrir daños en los cascos de acero de los buques, que no estaban reforzados contra los hielos (US Navy 1947; Byrd 1947; Sullivan 1957; Bertrand 1967; Rose 1980). El Burton Island llegó a tiempo para asistir con la partida.
La demora en salir de los EE. UU., la ausencia del segundo rompehielos, el hecho de que la masa de hielo flotante era más ancha de lo esperado y el rápido avance del invierno significaron que la cantidad de tiempo que Highjump permaneció en la Antártida no fue mucho más extensa que la que estuvo la Expedición Antártica Alemana en 1938 – 1939. Bajo esas circunstancias, se realizó mucho menos trabajo científico del deseado (Byrd, 1947). De todos modos, se cumplió la mayor parte de los objetivos militares de la expedición, a pesar de que una aeronave del grupo oriental chocó contra el manto de hielo durante una tormenta de nieve el 30 de diciembre de 1946, lo que causó la pérdida de varios tripulantes (Byrd 1947, Armada de los EE. UU. 1947). Esta colisión se produjo del otro lado del continente con respecto a la Tierra de la Reina Maud.
Buques de la US Navy en la Antártida
La idea de que la expedición se planeó para atacar una supuesta base alemana en la Tierra de la Reina Maud es totalmente infundada. Las citas textuales atribuidas a Byrd que sugieren lo contrario se inventaron.
Los estadounidenses no mostraron ningún interés particular por la Tierra de la Reina Maud. No hicieron ningún esfuerzo, ni tenían ningún plan, para aterrizar allí. No hicieron ningún esfuerzo en especial para reconocerla desde el aire. Habrían pasado más tiempo sobrevolándola si las condiciones climáticas hubieran sido mejores y si hubieran tenido tiempo. Pero como se acercaba el invierno, y tenían otras tareas que atender, no se resistieron a dar la vuelta y alejarse de esta zona supuestamente codiciada, como hasta Szabo (1947:208) comprendió.
Aunque los estadounidenses no demostraron interés en la supuesta base alemana, estaban interesados en las actividades alemanas en la Tierra de la Reina Maud, pero por una razón completamente distinta: el proceso de reclamo del territorio. La Expedición Alemana de 1938 – 1939, y su intención de reclamar territorio (Neuschwabenland), estimuló al gobierno de los EE. UU. a emprender sus propias expediciones a la Antártida por primera vez en un siglo, para respaldar eventuales reclamos territoriales estadounidenses (Dewing y Kelsey 1955; Sullivan 1957: 137–170; Bertrand 1971; Rose 1980; ver también Mills 2003: 121–122). El 25 de noviembre de 1939, se estableció el Servicio Antártico de los Estados Unidos (US Antarctic Service) para mantener estaciones permanentes o semipermanentes en el continente antártico, y para satisfacer los requisitos de descubrimiento y asentamiento que serían necesarios para respaldar posibles reclamos territoriales. La primera expedición del Servicio atracó en la Bahía de las Ballenas el 12 de enero de 1940 para construir la base Little America III en la Plataforma de Hielo de Ross. También se la conoce como West Base (Base Oeste), en contraste con East Base (Base Este), que se levantó en la Isla Stonington en la costa oeste de la Península Antártica. Ambas llevaron a cabo un amplio programa de levantamiento terrestre y aéreo, e investigaciones científicas. West Base se cerró el 1 de febrero de 1941, y East Base el 22 de marzo de 1941. La expedición no visitó la Tierra de la Reina Maud, ni planeó hacerlo, lo que sugiere que los EE. UU. no tenían interés en las hipotéticas actividades alemanas en la Tierra de la Reina Maud. Se debe tener en cuenta que esto sucedió antes de que Szabo iniciara la historia sobre la base alemana.
Asimismo, no se demostró interés en la Tierra de la Reina Maud por parte de la Operación Molino de Viento (1947 – 48), cuyos dos barcos desembarcaron partidas de brigadas topográficas desde el helicóptero para suministrar datos de control desde tierra para la ubicación de las fotografías aéreas tomadas por Highjump el año anterior (Armada de los EE. UU. 1948; Bertrand 1971; Mills 2003). La única oportunidad en que los EE. UU. tocaron tierra en la Tierra de la Reina Maud fue en febrero de 1955, cuando el rompehielos USS Atka desembarcó partidas costeras para hacer un reconocimiento en busca de terreno adecuado para una pista de aterrizaje para las aeronaves que pudieran tener dificultades en route de los EE. UU. al Polo Sur durante las operaciones planeadas para el Año Geofísico Internacional (Sullivan 1957, 1961). Las partidas bajaron a tierra dos veces, por un día cada una, cerca de la base Maudheim de la Expedición NBSA, y permanecieron cerca del borde que da al mar de la plataforma de hielo. La naturaleza fugaz de la visita confirma que no tenían interés en investigar ninguna hipotética base alemana en la Tierra de la Reina Maud.
No hay comentarios:
Publicar un comentario