martes, 29 de septiembre de 2015

Los dropa




Las Montañas Bayan Kara-Ula es una de las áreas más aisladas de la Tierra. La ciudad más cercana a ella es Lhasa, en el Tíbet, a una distancia de 640 Km. al sur por terreno infranqueable.

Actualmente está habitada por dos tribus de gente muy distinta a la gente de los pueblos de alrededor: los autodenominados Dropa y los Han, y simplemente no encajan en ninguna categoría racial establecida por antropólogos.

En primer lugar, son de pequeña estatura. La altura media de un adulto es 1 metro y 25 centímetros, son amarillos, sus cabezas son desproporcionadamente grandes y casi calvos, y sus ojos son grandes y azulados, pero no de aspecto oriental.

Sus rasgos son prácticamente caucásicos, y sus cuerpos son sumamente delgados y delicados. El peso medio de un adulto, es aproximadamente de 50 kilos.


El descubrimiento

En 1938 Chi Pu Tei, profesor de arqueología de la Universidad de Beijing, conducía a algunos sus estudiantes en una expedición a inspeccionar una serie de cuevas que se entrelazan en las montañas de Bayan Kara-Ula, sobre las fronteras de China y Tíbet.

Según se adentraban, se dieron cuenta de que mas que cuevas, era un sistema complejo de túneles artificiales y despensas.
Las paredes eran cuadradas y cristalizadas, como si el corte en la montaña hubiera sido realizado con una fuente de calor extremo.

Dentro de las cuevas hallaron lugares de entierro, y en ellos unos extraños esqueletos. Estos esqueletos eran pequeños y delgados y con cráneos muy desarrollados.
Al principio se pensó que las cuevas había sido el hogar de una especie hasta ahora desconocida de primate. Pero esta idea se desechó al encontrar los esqueletos enterrados.
El mismo profesor Chi Pu Tei dijo: “¿Quien conoce algún primate que entierre a otro?.

Otros descubrimientos realizados en las cuevas excluyeron definitivamente la idea que estos restos eran de monos.

Sobre las paredes había pictogramas tallados del cielo: el sol, la luna, las estrellas, y la Tierra con las líneas de puntos que los conectan.
Pero aun faltaba el descubrimiento más fantástico de todos. Semienterrado debido a la suciedad de la cueva, había un disco de piedra, obviamente realizado por la mano de una criatura inteligente. El disco tenía 22.7 cm del diámetro y 2 cm. de grueso, también tenía un agujero en el centro, perfectamente circular, de 2 cm de diámetro.
De aquí surgía un surco fino en espiral hacia el exterior con caracteres escritos.
Éste disco, ha sido datado entre 10.000 y 12.000 años de antigüedad (mucho más antiguo que las grandes pirámides de Egipto). Pero no fue el único, en total han sido encontrados 716 platos. Y cada uno con caracteres diferentes.


Los discos

Los discos únicamente habían sido etiquetados, junto con el resto de los hallazgos de la expedición, y guardados en la Universidad de Beijing desde el día de su descubrimiento.
En el transcurso de esos años, otros habían intentado descifrar las extrañas inscripciones de los discos, pero sin éxito alguno. Fue el profesor Tsum Um Nui quien, en 1962 y al enterarse de la historia de los discos, se propuso el descifrar el significado de estos.

El y sus colegas intuyeron que los surcos espirales no eran simples dibujos, sino más bien una escritura increíblemente antigua grabada de algún modo desconocido y de un tamaño casi microscópico.

Si esto fuera cierto sería la escritura conocida más antigua del mundo, ya que, como se expuso anteriormente, los discos tienen una antigüedad de 8,000 a 12,000 años.
Para empezar, el profesor, ayudado de una lupa, fue transcribiendo minuciosamente los caracteres del disco a un papel.
Durante este proceso, al profesor le iban asaltando preguntas tales como:
■¿Cómo pudo un pueblo primitivo realizar unos discos tan exactos?
■¿Cómo labraron una escritura casi microscópica en la piedra?
■¿Quiénes eran y para qué fin realizaron estos cientos de discos?
Una vez que los caracteres de todos los discos fueron copiados, el profesor Tsum Um Nui y sus colegas, comenzaron la ardua tarea de intentar descifrar su contenido.
Finalmente, probando, intercambiando dibujos por palabras y frases, llegó a descifrar parte del código o escritura.

Hecho esto, se dedicó a ordenar los discos, de la forma más coherente que pudo, y así, hacer una transcripción parcial. La historia que en los discos se contaba era simplemente asombrosa.

La historia


El profesor pasó a papel la transcripción, así como sus conclusiones y lo presentó en la universidad para su posterior publicación, la cual, lo prohibió tajantemente.

Fue en 1965, cuando inesperadamente, un artículo escrito por el filólogo ruso Vyacheslav Saizev apareció en la revista alemana “Das Vegetarische Universum”, y en la revista anglo-rusa “Sputnik”, contando la historia de los discos, su composición, y un extracto sobre lo que había sido descifrado por el profesor Tsum Um Nui.
Los discos cuentan la historia de una nave espacial procedente de un planeta lejano que tuvo que realizar un aterrizaje forzoso en las montañas de Baian Kara-Ula.

Los tripulantes de la nave espacial (Dropas) buscaron refugio en las cuevas de las montañas y a pesar de que sus intenciones eran pacíficas, los Dropa no fueron comprendidos por los miembros de la tribu Ham, los cuales, ocupaban las cuevas vecinas y, pensando que eran enemigos que querían apoderarse de su territorio, persiguieron y mataron a algunos de ellos.

Cuando finalmente la tribu de los Ham comprendieron el lenguaje por señas de los Dropa, los admitieron en su territorio al saber que los recién llegados tenían intenciones pacíficas.
Los discos también cuentan como los Dropa fueron incapaces de reparar su nave espacial y la imposibilidad de volver a su planeta de origen, teniendo entonces que quedarse a vivir en la Tierra. 


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